Los imperfeccionistas (Ediciones Plata, 2010), el vibrante
debut de Tom Rachman (Londres, 1974)
nos ofrece una mirada irónica y conmovedora de las desordenadas vidas privadas
de periodistas, correctores, jefes y directores de un periódico a la antigua,
formado por personajes imperfectos que avanzan como pueden hacia un futuro
incierto en una época en que internet amenaza con cambiar la prensa escrita
para siempre.
El autor sabe que no hay trabajo
como el periodismo para retratar al ser humano globalizado, y carga sus tintas
contra él en un ejercicio literario de primer orden.
|
¡sinopsis! |
A cincuenta años de su fundación
por un enigmático millonario, el periódico, con sede en Roma pero escrito en
inglés, se ha convertido en un particular refugio de expatriados
norteamericanos que se sienten como peces fuera del agua en la caótica
vitalidad de la capital italiana. Entre las manchadas alfombras y los
maltratados escritorios de la redacción, los pequeños dramas del personal
cobran una relevancia mucho mayor que los titulares de cada día. Kathleen, la
autoritaria redactora jefe, se recupera de una traición matrimonial; Herman, el
jefe de estilo, se refugia del desorden de su vida en una visión extremadamente
rigurosa del uso del lenguaje; Arthur, el redactor de obituarios, sufre una tragedia
personal que le cambia la vida; Dave, ex corrector del periódico, decide
seducir a la directora financiera responsable de su despido. Fuera de las
paredes del edificio, un veterano colaborador traspasa todos los límites con
tal de que se publique su artículo, y el nuevo corresponsal en El Cairo sufre
las maliciosas manipulaciones de un curtido reportero de guerra. Detrás de
todos ellos, en las sombras, el joven y flamante director se preocupa más por
Schopenhauer, su galardonado perro de caza, que por el rumbo del excéntrico
periódico de su familia.
Te recomiendo la crítica
realizada por Tino Pertierra en la
revista Qué Leer:
|
¡curiosidades! |
“Hay ecos de
Graham Greene
en las voces que recorren los márgenes de
Los imperfeccionistas: desarraigados,
confusos, atormentados perdedores sin poder ni gloria, en busca de una
redención que llega tarde, mal o nunca. También hay huellas de
Hemingway en esa búsqueda de una
precisión narrativa que haga necesario cada diálogo y justa cada descripción.
Pero, sobre todo, la primera y excepcional obra de
Tom Rachman sigue los pasos comprensivos y emocionantes de
Scott Fitzgerald a la hora de poner en
escena personajes sorprendidos en un lento proceso de demolición. Náufragos a
punto de perder los remos, estos habitantes de un periódico (“ese informe
diario de la estupidez y la brillantez de la especie”) que se va a pique tras
chocar con el iceberg de los océanos modernos (Internet en punta) son seres en
estado de emergencia sentimental y emocional. Al margen de sus penurias
profesionales (que harán las amargas delicias de todos los lectores
periodistas), son padres heridos, amantes desamparadas, soñadores insomnes,
fracasados sin pausa. Y todos tienen sus razones para hacer lo que deshacen.
Rachman hilvana sus historias como si
de relatos independientes se tratara, vidas cruzadas con un punto de
desencuentro: el periódico, cuya historia se narra en pequeños capítulos de
respaldo. Esa fauna laboral de seres imperfectos está descrita a la perfección:
los rifirrafes cotidianos, las pequeñas ambiciones depredadoras, las renuncias
que degeneran en rutina, los gestos déspotas que ensucian el aire. Pero donde
Rachman acierta de pleno es cuando
traspasa la frontera del periodismo para hurgar en las heridas de sus
personajes. No todos tienen el mismo interés, pero la mayoría están atrapados
de manera impecable e implacable en la tela de araña del autor. Convertidos en
esquelas de carne y hueso sin ser conscientes de ello, estos imperfeccionistas
que a veces encuentran una solución en el fracaso o un callejón sin salida en
el triunfo representan el incierto presente y futuro de una profesión que, como
le pasa al desdichado perro del director, paga los platos rotos de un mundo a
la deriva.
”
|
Tom Rachman
|
|
¡biografía! |
Tom Rachman nació en Londres en 1974 y se crió en Vancouver.
Estudio cine en
la Universidad de Toronto y obtuvo un máster en periodismo
en
la Universidad Columbia de Nueva York. En 1998 comenzó a
trabajar como jefe de la sección internacional de
Associated Press, en
Nueva
York, y más tarde realizó actividades como periodista en India y Sri Lanka.
En 2002 fue corresponsal extranjero de AP en
Roma, desde donde viajaba a
Japón,
Corea del Sur,
Turquía y
Egipto. A
partir de 2006 trabajó a tiempo parcial en el
International Herald Tribune de París.
|
¡si quieres saber más sobre el autor y su obra visita el enlace! |