Cosas de la Cosa Nostra
(Barataria, 2006) es un libro de incalculable valor documental sobre la mafia
siciliana. Giovanni Falcone (Palermo,
1939 — 1992) en colaboración con Marcelle
Padovani, nos adentra en este fenómeno que lejos de desaparecer se revitaliza día a día.
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¡sinopsis! |
El rigor profesional de magistrados e investigadores es el factor
esencial para que la mafia comprenda que Sicilia
no es el patio de su casa y servirá por tanto para neutralizar la insolencia y arrogancia del mafioso
ante la autoridad del Estado. Puedo afirmar que el mejor resultado alcanzado a
partir de las investigaciones practicadas en Palermo en los últimos diez años se ha fundado precisamente en privar a la mafia de su aura de
impunidad e imbatibilidad. Incluso aunque los condenados del macro juicio sean puestos en libertad,
se habrá logrado un resultado: que la mafia
sepa que puede ser conducida a los tribunales
y que sus capos pueden ser
condenados. Los resultados sólo llegan con un compromiso férreo, constante, diario. Sin jactancias ni
diletantismo. En la medida en que la batalla que libramos es una guerra
auténtica con sus muertos y heridos,
debe combatirse con el mayor empeño y seriedad. Los que han frivolizado o
querido pasar por luchadores sin
serlo han acabado pagándolo, en muchos casos dejándose la vida en ello.
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Atentado a
Giovanni Falcone |
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¡curiosidades! |
El pasado 23 de mayo se cumplía veinte años del asesinato de Falcone. En una entrevista
le preguntaron sobre el miedo a morir
y señaló una de sus frases más célebres: "El que guarda
silencio y se agacha la cabeza muere cada vez que lo
hace. El que habla en voz alta y camina con la cabeza bien
alta muere una sola vez.". A lo largo de este magnífico libro relata la convivencia
con el miedo a ser asesinado, hecho del que estaba convencido que sucedería.
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¡biografía! |
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Giovanni Falcone
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El juez Giovanni Falcone nació el 18 de mayo de 1939 en el seno de
una familia de la burguesía palermitana
que residía en el centro histórico de la capital
siciliana. Allí creció respirando la misma atmósfera de clientelismo,
favores, extorsión y tacitismo en la que se formaron muchos de los hombres a
los que se vería obligado a interrogar y encarcelar
a lo largo de su carrera judicial. Todo ello le permitió investigar el fenómeno mafioso con una acuidad e
ingenio (y capacidad de trabajo) sin parangón. Sus logros y buenos resultados vuelan con él por los aires el 23 de mayo de 1992 con el estallido de
varios kilos de explosivo detonados a distancia en el tramo de Capaci de la
autopista entre Messina y Palermo. Durante las
vacaciones veraniegas de 1989 sufre un atentado sin consecuencias en una villa
alquilada junto al mar en el pueblo de Addaura.
Ello no impide que en esos años y en los sucesivos trabaje de manera
fructífera, tanto en Italia como en EE.UU. (en alguna ocasión con el
entonces fiscal Rudolph Giuliani), para desbaratar el tráfico de heroína en manos de familias
sicilianas, que en la segunda mitad de los ochenta controlaban el treinta y
cinco por ciento de dicho comercio, y, en consecuencia, el frenético
enriquecimiento ilegal del crimen organizado
en Sicilia durante aquellos años.